Cuando entrevisto a un candidato a un puesto de trabajo le pido lo siguiente: “Dígame una verdad importante para usted con la que concuerden muy pocas personas”. Aunque parezca algo fácil de responder, en realidad es difícil, porque lo que aprendemos son por definición conocimientos acordados. Y también porque para responder hay que decir algo impopular. Una buena respuesta sería: “La mayoría de la gente cree en x, pero la verdad es lo contrario”. ¿Qué tiene que ver esta paradoja con el futuro? Que las buenas respuestas son aquellas que se acercan lo más posible a vislumbrarlo.
El progreso adopta dos formas: horizontal, basada en copiar cosas que funcionan (ir de 1 a n), y vertical, que significa hacer cosas nuevas (ir de 0 a 1). Este es el más difícil, porque implica hacer algo que nadie ha hecho antes. Si coges una máquina de escribir y construyes cien, has hecho un progreso horizontal. Si coges una máquina de escribir y construyes un procesador de textos, has hecho un progreso vertical. El progreso vertical (el de las empresas de Silicon Valley, por ejemplo) es posible gracias a la tecnología, mientras que el horizontal (pensemos en las empresas chinas) se apoya en la globalización.
Aunque la mayoría piense que el futuro estará definido por la globalización, la verdad es que la tecnología es más importante. Y esta tecnología suele provenir de las startups, ya que es difícil desarrollar cosas nuevas en una gran organización. En cambio, en las startups, para que las cosas salgan adelante, necesitas trabajar con otros, pero también debes mantener un tamaño lo suficientemente pequeño para poder llevarlas a cabo. Para triunfar en los negocios hay que hacer lo mismo que una startup, que es cuestionar las ideas recibidas y repensar el negocio desde cero.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.